El velo de la libertad

El hijab sigue siendo un tema pendiente en la sociedad moderna, donde el desconocimiento cultural sobre el Islam ha llevado a muchos a interpretarlo erróneamente como un símbolo de opresión. Sin embargo, para muchas mujeres musulmanas, el hijab representa libertad y elección, y cada vez más personas están desafiando los estigmas al comprender el verdadero significado de esta prenda

Mujer con hijab disfruta del paisaje mediterráneo en la orilla de la playa. / Marruecos, 2024.

El hijab es una asignatura pendiente en la sociedad moderna que va aceptando progresivamente las costumbres extranjeras dentro de los distintos grupos de iguales. La fama desavenida, provocada por la escasez de conocimiento cultural del Islam, ha causado que las mujeres musulmanas tengan que explicar el significado de libertad que tiene el velo más que la supuesta opresión que se lleva idealizando entre la ciudadanía. 

La justificación que se aferra a la opinión pública es la opresión que hay en la persona que viste con hijab y, por ende, tiene una mentalidad más reacia, estricta y cerrada. Por tanto, es conveniente para el ecosistema social evitar conversaciones o interacciones con dicha persona. 

No obstante, es todo lo contrario. La decisión corresponde a cada persona que decide implementarlo en su vestimenta, mantenerlo o dejarlo. Para ello, van a dar voz a los testimonios de diferentes chicas jóvenes que visten con hijab y contarán acerca de sus experiencias con ello. 

Neriman Oumhandi, integradora social y fotógrafa, decidió incluir el hijab a su vestimenta a los dieciséis años. Al inicio no fue bien el feedback de sus amigos, empezaron a no contar con ella y a dejarla de lado en las actividades sociales. ¡Incluso sospechaban que se había casado! Por el lado familiar, sus allegados recomendaban posponerlo cuando sea más madura. Por ello, Neriman se cuestionó si merecía la pena seguir con ello. Aunque, tras una reflexión personal, se dio cuenta que esas personas realmente no eran sus amigos y su fe en Allah prevalece por encima de cualquier opinión. 

Ahlam Dris recuerda a la perfección su primera vez con hijab. Fue en febrero de 2020 y decidió ponérselo para unos recados. Notó que dentro de su rutina, todo era diferente. Desde ese entonces, su vestimenta con el velo fue irregular hasta que en agosto de 2020 decidió ser constante con ello. “Con respecto a la primera vez que salí con hijab y ahora, antes sentía que tenía que hacerlo todo perfecto, y era un cambio demasiado brusco, al menos para mí. (…) Me siento mucho más cómoda con mi cuerpo, no tengo a personas mirándolo y juzgando tanto como antes, porque ven solo esbozos de mi silueta. Creo que el hijab es un proceso, a veces podemos llevarlo mejor que otras, pero es constante evolución y cambio, ajustándonos a lo que la religión nos pide pero sin dejar de ser quienes somos” En relación a sus amistades, creían que fue forzada a ponérselo. E incluso, gracias a su decisión, pudo hacer una limpieza de aquellas amistades tóxicas que no aceptaban como es. 

Khadija Badr, fotógrafa y organizadora de eventos, comenzó a los doce años a ponerse hijab. En este caso particular, su decisión proviene de sus padres con el fin de protegerla y hacerse valer por sí misma. Ya que tuvo que soportar las distintas opiniones contrastadas de su vestimenta. Desde profesoras recriminando el hecho que llevase velo a la exclusión que hacían sus compañeros de clase. Esos casos hicieron fortalecer a Khadija para que, a día de hoy, tenga el gran orgullo de poder llevarlo. 

Retrato de Romaisa Belkacem. / Marruecos, 2022

Romaisa Belkacem, educadora social, lleva cuatro años vistiendo con hijab. Su decisión fue producto de la paciencia y saber gestionar el paso que iba a dar. “Me sentí cómoda, libre y con mucha fortaleza. Ahora me siento realizada espiritualmente hablando, hamdulillah. Aunque la verdad que aun haber sido un cambio de la noche a la mañana no ha cambiado mucho mi manera de ser ni tampoco  me ha limitado a hacer ciertas cosas o alcanzar ciertos objetivos, sigo siendo la misma” explica respecto a su decisión. El recibimiento, tanto familiar como en la amistad, fue una sorpresa ya que, como comenta ella, fue de la noche a la mañana. Aunque lo aceptaron con alegría y fue un motivo de celebración en su entorno. 

Sin embargo, aún existía la opinión contraria. Dos profesoras de su facultad estaban seguras de que su decisión venía precedida por un pensamiento radical. Romaisa recibía preguntas del estilo “¿Todo bien en casa?” “¿Quién te hizo llevar a ese pensamiento?” Lo cual Romaisa comprendió que, a pesar de tener títulos universitarios, ese tipo de preguntas son de personas ignorantes. “Hay que indagar y viajar para conocer la verdad. Los medios de comunicación han hecho mucho daño intencionadamente hacia la comunidad musulmana” comenta. 

Un factor que va ligado al hijab es la transición en la indumentaria. Según han testificado las entrevistadas, es cierto que hubo una metamorfosis en su vestimenta. Pero que tampoco es cierto que tengas que ir bajo un turbante negro. Existen diferentes estilos de ropa y diferentes marcas que se adaptan a las hijabis ya que esta no oprime ni limita a las personas que lo llevan. Una vez que se han sentado las experiencias, ¿Dónde recae la culpa? Si bien parece que el hijab es un complemento que realza a la persona y la complementa tanto el nivel religioso como el personal. ¿Por qué hay una crítica sobre ella? 

El primer foco podría recaer en los medios de comunicación. En la era sensacionalista que estamos viviendo, es cierto que es más fácil manipular la información referente a cuestiones que están fuera de la órbita social que informaciones que tenemos de primera mano. Por tanto, usar un lenguaje vertiginoso sobre el hijab puede atraer una opinión diferente a la que debería ser. 

Retrato de Khadija Badr / Melilla, 2022.

Según testifica Ahlam “No han hablado con una hijabi jamás, o no quieren creer lo que escuchan. Si bien para cada una el hijab representa algo distinto, sí es importante, públicamente somos musulmanas y nos exponemos a una islamofobia constante. La opresión que sufrimos no es por la forma en que vestimos, es por parte del patriarcado, que nos manda ir de una manera u otra, y no dejándonos elegir; del racismo, que por ser «diferentes» ya nos ven como menos, y ¿cómo vamos a poder elegir algo por nuestra cuenta?, es de la islamofobia, porque los musulmanes somos crueles y no sé qué. No estamos oprimidas por llevar hijab, nos oprimen por llevarlo” 

Mujeres sentadas en el espacio femenino del rezo por Eid Al-Fitr / Melilla, 2022

Mientras tanto, Khadija opina que no se puede hacer una comparación de un extremo, como lo que acontece en Pakistán u otros países de oriente medio, y relacionarlo directamente con ellas ya que eso representa un poco porcentaje de la realidad. Por otro lado, a raíz de la mediaticidad, la opinión pública radicaliza esos argumentos poco contrastados. Por tanto, llevan a un extremo el uso del hijab para conectarlos con la opresión. “Pienso que  las personas que creen que estamos oprimidas son esas mismas personas las que nos están oprimiendo con sus pensamientos ya que no nos dejan ser libres  y siempre  estamos señaladas y observadas” afirma Romaisa. 

Neriman opina que una persona es libre cuando quiere serlo. No es excusa echarle la culpa a la religión por un comportamiento externo a ello. ¿Y qué consejos tendría que recibir una chica que esté en duda de ponerse hijab? Este tipo de decisiones repercuten para toda tu vida y hay que tener las cosas claras para poder dar el paso. 

Celebración Eid Al-Fitr
Mujeres con hijab protegiéndose del sol en el rezo conjunto de Eid Al-Fitr. / Melilla, 2022

Khadija aconseja que sea fiel a sí misma, no hay que dejar influenciarse por las opiniones externas —incluído la de sus allegados— Si realmente te sale del corazón, hazlo. Romaisa, recomienda que una vez que llegues a un nivel de espiritualidad y un nivel de fe que te permita estar segura de dar el paso. Ya que eso es únicamente una decisión personal. E incluso enfatiza que el hijab no es ningún impedimento en el mundo laboral ya que siempre habrá un trabajo mejor en el que puedan aceptar el velo. En la misma línea de dar el paso, Ahlam asegura que siempre la recompensa será mucho más grande a pesar que hayan dudas al inicio. Y, por último, Neriman, con el mismo argumento que las demás, advierte que una vez que te pongas el hijab sabrás quién te respeta y quién valdrá la pena para mantener en tu vida. 

Mujer tapándose con la alfombra en Eid Al-Fitr. / Melilla, 2022.

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